El éxito no solo es acumular riquezas y vivir haciendo lo que nos venga en gana. También es poder caminar sin temores, abrazar a los seres queridos, entender que el calor del pueblo es impagable. Sonia Morales es una hija del Ande que conquistó el país. Con su voz ha unido costa, sierra y selva. Y hoy que pasa por su mejor momento, tiene que partir a sus cuarteles de invierno y mirar cómo su obra seguirá sonando en las radios humildes, en la quena de un campesino y el corazón de quienes aprendieron a disfrutar su talento.
Sonia, siempre en polleras, ¿nunca luces con minifaldas?
Por supuesto que sí, pero no en el Perú. Las veces que me ha tocado viajar a Europa o los Estados Unidos me las pongo sin problemas. Aquí los hombres te miran y te dicen de todo.
¿Somos muy machistas?
Bastante, por eso no me gusta usarlas acá.
¿Y son bien altitas?
Lo normal, tampoco demasiado porque soy una señora y ya no una chiquilla, debo manejarme con recato.
Después de ver las prendas que usas en la intimidad, descubro que eres coqueta.
La verdad que me gusta comprarme cosas lindas. Hoy no tengo pareja, pero cuando las tuve, puse ropa interior que cualquier mujer usa para agradar a su prometido.
¿Cuáles son las que más compras para llenar tu ropero?
Soy coleccionista de pijamas sexy, ja, ja, ja.
¿Algún color especial?
El negro.
¿La mujer andina es más recatada que la limeña?
Creo que las damas de la capital son más aventadas, pero cuidado, porque la serranas como yo cuando aman, se juegan el todo por su hombre.
¿Das todo cuando te enamoras?, debes ser muy celosa...
Lo normal, porque asumo que nadie puede poner las manos al fuego por su marido.
Esa afirmación es muy parecida a una sentencia del "Bombardero": "Los hombres son infieles por naturaleza".
Yo le haría una pequeña corrección: El 98% engaña a sus esposas. Y las que tienen el otro 2 por ciento, que sean felices y los cuiden.
Tuviste dos parejas, ¿te jugaron mal?
Nunca los vi, pero estoy seguro que tenía varias 'hermanas' por la calle. El hombre se emociona por un cuerpo lindo, así sea por un día. Es muy débil para sostener la fidelidad.
¿Y tú?
Yo siempre fui fiel y entregué todo, pero cuando sentí que las cosas no caminaban pedí conversar y acordamos que era hora de que cada uno tome su rumbo.
Dime la verdad, ¿has perdonado "canitas al aire"?
Sí, no lo voy a negar. Por amor, también por proteger a la familia. Al final, esas cosas terminan dañando la relación.
Ahora, ¿cómo se lamentarán los que no te supieron valorar?
He tenido dos compromisos y no me arrepiento de haberlos conocido, porque me dieron hijos maravillosos. Mantengo una buena relación con ellos, porque son los padres de los chicos y deben tratar siempre con los muchachos. No me gustaría que nos vean peleando.
A propósito de tu éxito, ¿caminas con guardaespaldas?
No, salvo cuando voy a un concierto, porque siempre hay gente que se trata de sobrepasar, uno nunca sabe. En los días normales salgo con un primo hermano, jamás con gente contratada para que me dé seguridad. Gracias a Dios, el pueblo me quiere y yo trato de ser una mujer común y corriente.
Es cierto, no te has ido a vivir a sitios 'pitucos', sino a urbanizaciones populares.
Cuando recién llegué a Lima, caminaba por San Isidro o Miraflores y soñaba con traer a mi madre y comprarle una casa en esas zonas. Luego alcancé algunas cosas y me puse a pensar que era mejor llevarla al barrio, rodeada de gente igual que nosotros, para que sea feliz y se comporte como le gusta. Hoy vivimos en la urbanización Pro de Los Olivos.
Hoy tienes todas tus comodidades, pero tu niñez debió ser dura.
En Yungay, mi pueblo, desde niña me dedicaba a sembrar maíz, papa, alverja y lo que cosechábamos era para comer, no para vender.
¿Tenías luz?
No y, por lo tanto, no teníamos televisor. Nos bañábamos en el río.
Allí no podías escoger qué zapato usar.
Olvídate. Teníamos otras prioridades. Lo urgente era llenar el estómago.
¿Por eso te viniste a Lima?
En esos tiempos, en la sierra, los padres te elegían el pretendiente. Mi papá decidió que me case con un muchacho que no me gustaba. El tipo me seguía y yo le tiraba piedras. Un día decidí escaparme y me vine.
¿La pasaste duro en la capital?
Tuve la suerte de vivir donde unas tías. Ellas me dijeron que en vez de trabajar como empleada de personas desconocidas, las ayude y me iban a pagar. Así que me pasaba limpiando la casa, ayudando a lavar la ropa, planchando y estudiando en la nocturna.
Hoy disfrutas tu éxito, pero todo no es completo en la vida.
Por supuesto. Tengo problemas con las cuerdas vocales y no puedo seguir cantando porque corro el riesgo de quedarme sin voz. Me voy a retirar con la satisfacción de haber dado lo mejor. Tengo que cumplir mis últimos contratos firmados y le diré adiós a la música que me dio tanto.
¿Y qué harás?
Me dedicaré a una mina que tengo en Caraz. La adquirimos hace un año y vamos a extraer minerales. Quiero hacer algo grande en ese pueblo. Así como podemos explotar esa riqueza, no descuidaremos el lado social y construiremos un centro médico de atención gratuita para los pobladores del lugar.
Dicen que la fama trae consigo muchos logros, pero ¿algunas tristezas también?
Tengo 3 hijos: Maricielo, que ya es una señorita de 16 años, Adilson de 11 y Kiara de 6 añitos. Con tantos viajes no los he visto crecer. Menos mal tengo a mi madre, mi mano derecha, que me los ha cuidado y les ha dado el amor que siempre me entregó a mí. Mi hermana Nancy ha sido una segunda mamá para ellos. Quiero recuperar todo ese tiempo que por mi trabajo no les pude dar.
¿Te hubiera gustado estudiar una carrera?
Soñaba con ser profesora, pero el canto me ganó y no me quejo.
Fuera del huayno, ¿qué otra música te captura?
Me encanta y emocionan Rocío Durcal y Ricardo Montaner. Soy romántica.
¿Qué otros oficios desempeñaste?
He vendido picarones. Jamás he tenido vergüenza para desempeñar un trabajo con tal que sea honrado.
¿Te da pena que el folclore tenga tantos problemas?
Seguro que lo dicen por Abencia Meza. Solo le pido a Dios que se haga justicia y se descubra quiénes mataron a Alicia Delgado para que se acaben tantas cosas que se hablan.
La verdad, ¿las provincianas son más buenas que las limeñas?
Creo que las costeñas, serranas y selváticas son ricas. Toda mujer tiene su encanto.
¿Costó mucho alcanzar el triunfo?
La perseverancia siempre es el mejor aliado del talento. Nadie te regala nada. Todo aquel que ocupa un lugar importante en su trabajo, es porque se lo ganó. Hay personas que parecen muy capaces, pero no logran sus objetivos porque no están dispuestas al sacrificio.
¿Te refieres a que algunos nuevos valores se quejan porque no les dan oportunidades?
Así es. Seguro no ponen esa cuota de sudor que se requiere para llegar a conseguir tus objetivos.
¿Dónde fue tu primer paso para la consagración?
Me fui a probar a 'Las mañaneras', que cantaban con el 'Chato' Grados. Aprobé el casting, me quedé y luego traté de crecer allí. Cuando un día sentí que había llegado a mi techo, decidí independizarme. Menos mal el público me dio su apoyo.
¿Qué parte de tu cuerpo te gusta?
Mis ojos y te lo digo de verdad. Me parecen bonitos.
Eres una señora bella, rodeada de algunos lujos, ¿por qué no eres triunfadora en el amor?
Tengo 3 hijos, no puedes decir eso.
¿Pero duermes solita?
No, con mis hijas y eso para mí es suficiente.
¿Un día llegará un afortunado que te acompañe en ese lecho?
No lo sé, no le cierro las puertas al amor.
La gratitud es la memoria del corazón. En tu historia de vida, ¿quién fue tu luz?
Solo deseo expresar mi agradecimiento a Dios, que me bendijo con mi arte y me limpió el camino. Lamentablemente, debo parar porque está en juego mi salud. Pero siempre seré una mujer provinciana que vino a Lima en busca de una mejor vida y alcancé muchos sueños.
En las calles de los conos no hay una pared donde no esté pegado un afiche tuyo. El pueblo te quiere.
Gracias a ustedes, permítanme decirle a mi gente que este 24 cantaré en el Complejo 'Santa Rosa' de Vitarte y el 25 en el 'Yahuar Toro' de Puente Piedra. Vayan, quiero abrazarlos a todos.
Fuente: Diario "Trome"