Contó
que desde muy temprana edad, su vocación por el canto era indudable. Tanto así
que en su época como escolar sus profesores le increpaban que ella sólo pensaba
en cantar y que por eso llegaba tarde a las clases.
Sus
padres siempre apoyaron su afición por el canto. Su padre era violinista y
además tocaba otros instrumentos como la quena y la cornetilla. El resto de su
familia, salvo su madre, compartían el don del padre.
Por
otro parte, señaló que fue gracias a un concurso en donde ella participó junto
a su tía, que un conocido productor de su localidad la vio en el escenario y le
sorprendió la voz de la joven cantante.
Le
ofreció apoyarla con los gastos de su primera producción musical, ya que ella
no contaba con los recursos suficientes para hacerlo. El productor le dijo: “Tú
no puedes cantar canciones copiadas”, y por ello es que la apurimeña ideó sus
primeros dos temas. Fue así que nacen “Dulce
Naranjita” y “Naranjita verde, cuándo madurarás”.
De
estas dos canciones es que surge, gracias a la sugerencia del productor, el
nombre de Naranjita de Sucre. Sin embargo, cuenta la propia Naranjita, el
nombre le incomodaba a ella por ser poco convencional dentro del ambiente artístico. “El nombre me incomodaba, pero a la gente le
gustaba”, y el nombre quedó.
Para
finalizar la entrevista, Naranjita aconsejó a todos los jóvenes artistas que
recién empiezan que “sigan adelante,
nunca se queden atrás”.
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